Código DOI:
10.15691/07194714.2019.001
Páginas
5-29
Publicado
jul 29, 2019
Palabras Claves
Resumen
A lo largo de la historia reciente del pensamiento económico y la teoría política, muchos han identificado un hilo común entre las ideas de Adam Smith y Charles Darwin. El paralelo sostiene que, de la misma manera en que Smith demostró que la riqueza de las naciones y la prosperidad de los pueblos son consecuencias inintencionadas de la competencia entre individuos persiguiendo su interés propio, Darwin demostró de qué manera el diseño complejo de las especies y el equilibrio ecológico eran consecuencias de la competencia entre organismos por sobrevivir y reproducirse. Este paralelo, articulado notablemente por F.A. Hayek, sugiere que ni el orden económico ni el orden natural fueron diseñados deliberadamente de arriba-hacia-abajo, sino que emergieron espontáneamente de abajo-hacia-arriba. A partir de las observaciones de Hayek, popularizadores de la ciencia y teóricos políticos de nuestro tiempo han sostenido que los creacionistas y partidarios de la tesis del “Diseño Inteligente” que siguen las ideas de Smith en el campo económico, deberían aceptar los mecanismos darwinianos para explicar la biodiversidad. De lo contrario, serían culpables de inconsistencia filosófica. El mismo cargo se sostiene contra los socialistas que aceptan la acción del ‘relojero ciego’ darwiniano, pero rechazan la acción de la ‘mano invisible’ smithiana. El presente artículo examina este cargo y concluye que es vulnerable en varios sentidos. Entre ellos, viola la Ley de Hume que establece que no se pueden derivar conclusiones normativas de premisas fácticas; difumina los distintos tipos de agencia individual en la economía y la biología; subestima las particulares condiciones en las cuales cada orden emerge; ignora las características epistémicas de dios cristiano; y hace una lectura incorrecta de la extensión que el propio Hayek daba al paralelo entre Smith y Darwin.